Caso clínico: Apósitos.

Verónica Ceu | 05.11.2013

ANAMNESIS.

En primer lugar, cuando lleguemos al domicilio de nuestro paciente, utilizaremos una escala para valorar el riesgo de UPP (Braden, Norton…). Además, deberemos realizar una valoración integral de éste en torno a tres dimensiones:
• Estado de la persona.
• Entorno de los cuidados.
• Estado de la lesión.

Esta valoración se puede agilizar con el uso de esquemas de valoración como pueden ser, por ejemplo, los patrones funcionales de salud de Marjory Gordon o el modelo de las 14 necesidades de Virginia Henderson, que junto con la historia clínica y los exámenes físicos que realicemos al paciente, nos proporcionarán la información necesaria para establecer un juicio sobre la situación del mismo y nos orientarán en la planificación de unos cuidados personalizados.

Así mismo, es necesario disponer de información relevante de la historia clínica acerca de patologías y situaciones especiales como: diabetes, coagulopatías, déficit inmunitario, enfermedades vasculares, neuropatías y tratamiento farmacológico.

Durante esta valoración inicial haremos mención a:
• Presencia de sondajes.
• Hábitos de higiene y estado de la piel.
• Estilo de vida.
• Hábitos tóxicos.
• Presencia de factores de riesgo de UPP.
• Edad.
• Estado nutricional: utilizaremos la escala de valoración MNA.
• Problemas psicológicos/psiquiátricos.
• Dolor: es fundamental la valoración del dolor para poder establecer una serie de medidas que ayuden a minimizarlo.

Respecto al entorno de los cuidados, identificaremos al cuidador principal y valoraremos sus habilidades, conocimientos y disponibilidad.

En cuanto a la valoración del estado de la lesión, primero debemos hacer una valoración para determinar el estado de la piel y la categoría de las UPP. Posteriormente valoraremos el progreso hacia la cicatrización.

EDUCACIÓN SANITARIA A LOS FAMILIARES.

La educación sanitaria se centrará en la movilización, la higiene y la nutrición.

- Movilización: incluye cambios de posición frecuentes, usar dispositivos de ayuda u otras alternativas para evitar arrastrar al paciente, y por tanto su piel, en los cambios posturales.

- Higiene: inspeccionar la piel de forma sistemática y mantenerla limpia y sin humedad. Mantener la ropa del paciente y la de la cama limpia, seca y sin arrugas. Evitar colocar al paciente de forma que se apoye sobre las úlceras. Utilizar agua tibia y jabón neutro en la higiene diaria. El secado debe ser meticuloso, pero sin fricción. Evitar la fricción y la sequedad. Hidratar la piel con cremas hidratantes (no utilizar colonias, alcohol ni talco). Lubricar la piel con ácidos grasos hiperoxigenados. Vigilar protuberancias. No hacer masaje sobre las prominencias óseas. Evitar la humedad. En caso de incontinencia control periódico y cambio de ropa para evitar la humedad. No usar flotador. Evitar levantar el cabezal de la cama por encima de los 30º. Mantener la espalda recta con almohadones.

- Nutrición: controlar la ingesta de alimentos adaptando la dieta a los deseos individuales del paciente y a su situación de salud. Estimular la ingesta de líquidos. Garantizar un aporte hídrico de 30cc /día x Kg de peso. En caso de que la dieta no cubra las necesidades básicas de calorías, proteínas, minerales y vitaminas cubrir con suplementos de nutrición enteral oral. Valorar desnutrición y control de peso.

TIPO DE CURA.

 Talón: UPP de grado I.

• Limpieza de la herida al principio de cada cura con SF.
• A continuación, aplicación tópica de ácidos grasos hiperoxigenados en aceite o emulsión (Corpitol o Linovera) y apósitos de espuma de poliuretano no adhesiva con forma de talón (Allevyn Heel) ya que este tipo de apósitos permiten la inspección diaria de la piel y su uso durante varios días.
• Por último, colocaría una almohada debajo de las pantorrillas para elevar los talones y evitar la presión sobre los mismos.


 Sacro: La úlcera del sacro está producida por presión directa ejercida de forma perpendicular entre la piel y las prominencias óseas debido a la posición semifowler en la que se encuentra el paciente. Se trata de una úlcera cuya profundidad real no se puede determinar hasta que no se retiren los esfacelos y la escara necrótica. No obstante debe considerarse una UPP de grado III ó IV.

• Lavar primero con agua y jabón la zona perianal retirando los restos y después limpiar la herida con SF y secar por empapamiento.
• Realizar unos pequeños cortes con el bisturí sobre la escara necrótica para garantizar una cura en ambiente húmedo.
• Aplicar algún producto del tipo de la colagenasa, como puede ser Iruxol, sobre el lecho de la herida (desbridamiento enzimático).
• Aplicar un producto barrera de óxido de zinc (pomada o película) como, por ejemplo, la Anticongestiva, para mantener la piel perilesional sana evitando la maceración.
• En función de la cantidad de exudado se escogerá un apósito u otro según su capacidad de absorción:
 Si el exudado es abundante y la piel perilesional es frágil se pueden utilizar alginatos (Algisite M, Purilon gel, etc.) o las espumas con membrana polimérica (Allevyn, Biatain, Mepilex), así como los compuestos de hidrofibra de hidrocoloide (Aquacel), que permiten distanciar las curas y favorecen la reducción de la manipulación.
 Si hay colonización se puede utilizar un apósito con plata que tiene capacidad antibacteriana (Aquacel Ag, Biatain Ag).
 Si después de limpiar la UPP presenta mal olor se aconseja utilizar apósitos de carbón activado (Actisorb, Carboflex).

BIBLIOGRAFÍA.

 Guía de práctica clínica para el cuidado de personas con úlceras por presión o riesgo de padecerlas.
 Guía de práctica clínica de enfermería: Prevención y tratamiento de úlceras por presión y otras heridas crónicas.
 Guía de úlceras por presión. Agència valenciana de salut. Departamento 14.
 Úlceras por presión y heridas crónicas. Agència valenciana de salut. Departamento de salud de la Marina Baixa.

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